Con la música adecuada se puede aumentar el rendimiento deportivo

Existen investigaciones que indican que la música ayuda a los jugadores de fútbol a inspirarse y prepararse mentalmente antes de un partido, con el fin de  mejorar su rendimiento.
 
Según un estudio realizado en Alemania, cuando todos los integrantes de un equipo de fútbol escuchan la misma música al mismo tiempo se mejora el rendimiento individual y grupal de los jugadores.
 
El Instituto de Ciencias del Deporte de la Universidad de Hannover, analizó diversos partidos de fútbol, y los resultados demostraron que los futbolistas mejoraron su juego cuando escucharon música sincronizada.
Para esto, se tuvieron en cuenta factores claves en el rendimiento de un equipo tales como la precisión de los pases y el desarrollo de las jugadas.
Un equipo que entrena regularmente con música puede ser capaz de desarrollar un sentido instintivo sobre cuál es el ritmo óptimo del grupo.
 
Por otra parte, el Dr. Jack Lewis, neurocientífico experto en la funcionalidad del cerebro humano, investigó la música con la que se pudiera maximizar el rendimiento durante el ejercicio deportivo.
 
Se ha demostrado que escuchar música clásica adecuada prepara al cerebro para el ejercicio y mantiene el enfoque durante una intensa sesión de actividad física.
 
Además, disminuye la ansiedad, reduce el estrés, produce cambios positivos en el estado de ánimo y emocional, desarrolla el sentido de control y aumenta la creatividad.
La música, un lenguaje universal, es un arte que logra unir a los jugadores, y a través de ella, todos vibran al mismo compás, al mismo ritmo, estableciendo un canal de comunicación no verbal, para a su vez, potenciar la comunicación verbal.
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Música y fisiología del rendimiento

La música afecta directamente al sistema nervioso autónomo, influyendo en la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la tasa respiratoria y los niveles hormonales.

Por ejemplo, un ritmo rápido y constante puede sincronizarse con la cadencia del ejercicio (efecto de arrastre o entrainment), favoreciendo la eficiencia biomecánica y reduciendo la sensación de fatiga.

En deportes de resistencia como correr, remar o montar bicicleta, la música de tempo medio-alto (120-145 bpm) ha demostrado mejorar la economía de movimiento al establecer un ritmo estable que evita fluctuaciones energéticas innecesarias.

Además, la música estimula la liberación de dopamina, un neurotransmisor clave en el circuito de recompensa del cerebro, lo que puede aumentar la motivación y el disfrute durante entrenamientos intensos o repetitivos.

Este efecto es particularmente relevante en momentos de baja energía o desmotivación, donde una playlist cuidadosamente seleccionada puede cambiar radicalmente la predisposición mental del deportista.

La música puede facilitar la entrada al “estado de flujo” (flow), una condición mental caracterizada por una profunda concentración y sensación de control.

Este estado es altamente deseado por atletas de alto rendimiento, ya que permite maximizar la eficiencia sin esfuerzo consciente. La música adecuada actúa como un catalizador del flujo al bloquear distracciones externas y crear una atmósfera inmersiva.

 

Aplicaciones prácticas en el entrenamiento y la competición

En la práctica, la música puede utilizarse de forma estratégica en diferentes fases del entrenamiento o competición:

-Antes del ejercicio: para activar el sistema nervioso simpático y generar motivación.

-Durante el ejercicio: para mantener el ritmo, distraer del esfuerzo y reducir la percepción del dolor.

-Después del ejercicio: para facilitar la recuperación y bajar los niveles de cortisol.

En el entrenamiento de intervalos de alta intensidad (HIIT), por ejemplo, la música puede marcar los tiempos de trabajo y descanso, actuando como un metrónomo emocional y fisiológico

 

Artículo realizado por José Vicente León. Profesor de Conservatorio y Máster en Psicopedagogía. 

Más información: info@elregalomusical.com

 

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