Recientemente se ha inaugurado una exposición sobre la historia de la casa natal de Beethoven, que se encuentra en pleno centro histórico de Bonn. La casa es visitada por 100.000 personas cada año.
La casa natal de Beethoven
En 1889, más de 60 personas vivían en los pisos superiores del edificio de la calle Bongasse número 20. En la planta baja había un mesón con un tradicional Biergarten, cuya principal atracción era una especie de cabaret. El camerino se encontraba en la habitación donde nació el mismísimo Beethoven.
«La casa natal de Ludwig Van Beethoven amenazaba ruina», dice el editor Hermann Neusser, bisnieto de uno de los salvadores del edificio. «El 24 de febrero de 1889 se reunieron doce amigos del compositor en la vivienda de mi bisabuelo para fundar una asociación que tuviera como fin hacer algo por la casa natal de Beethoven», relata Neusser con orgullo. Decidieron adquirir la propiedad, sanearla y erigir un monumento conmemorativo. Pagaron 57.000 marcos de la época por la compra.
La actuación de Neusser y sus socios no solo impidió el derrumbe de la casa, sino que consiguió además reunir fondos para comprar manuscritos, pinturas, bustos y otras reliquias de Beethoven que hoy conforman la base de la colección que se exhibe en la casa del compositor. Ya en 1890 pudieron admirarse unos 360 objetos en una primera gran exposición.
A partir de entonces, el trabajo de la Asociación encontró el apoyo de importantes benefactores: Johannes Brahms, Clara Schumann, Giuseppe Verdi… El conocido violinista Joseph Joachim organizó aquel año un gran festival de música de cámara. La Casa fue inaugurada como museo abierto al público en 1893.
La exposición «Una historia turbulenta y conmovedora. 125 años de la Casa Beethoven» muestra numerosos documentos históricos, entre otros, grabaciones sonoras y cinematográficas, cartas y recortes de periódicos que hasta ahora no habían sido mostrados. Se trata de un recorrido por la Casa Beethoven desde los tiempos de su fundación hasta el siglo XXI.
El espacio dedicado a los años de la Segunda Guerra Mundial resulta conmovedor. La Casa Beethoven fue una de las pocas que sobrevivieron prácticamente sin daños a los bombardeos. El vigilante de la institución puso su propia vida en peligro para salvar el edificio de un ataque aéreo en octubre de 1944. Sin pensárselo dos veces, lanzó al jardín vecino las bombas incendiarias que cayeron sobre el tejado.
En la exposición se pueden ver noticias y fotos publicadas en los periódicos de la época.
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